La obra de Vásquez y Sepúlveda consiste en una cinta de ferrocemento afinado de 3 metros de ancho por 20cm de espesor, que se extiende en un largo de 60 mts. Sobre el área triangular de emplazamiento, en forma horizontal, formando un espiral que en su núcleo alcanza una altura de 4 mts. Esta propuesta mantiene una coherencia con el lugar específico de su emplazamiento estableciendo un diálogo directo con la obra vial y potenciando el espacio. Existe un cuestionamiento de la estatuaria pública en su condición de hito, proyectando una obra que rompe con la verticalidad históricamente impuesta. La obra de arte vendría a constituirse-en cuanto a escala y materialidad- es una prolongación, tanto simbólica como visual, de la obra de infraestructura. De esta forma se construye un diálogo que apuesta a una reflexión conceptual entre obra de arte y espacio público como escenario.​