El trabajo consiste en un mural de 27,51 mts. de largo por 2,62 mts. de alto, conformado por un fondo de cerámica esmaltada y coloreada. Sobre él, figuras sobrepuestas recortadas, de planchas de acero de 5 mm de espesor, esmaltadas en su superficie y reverso, con un borde en pletina que le da rigidez y volumen. El edificio soporte de la obra plástica logra, a través de envolventes curvas, una plazoleta anfiteatro en diferentes niveles orientada a la ciudad y el paisaje. La obra se inscribe en uno de esos muros, como respaldo del escenario inserto en el anfiteatro, en el patio principal del liceo. Con gran exclusividad lúdica y un nítido compromiso con la cultura atacameña, la propuesta se integra a la arquitectura y a las actividades que se desarrollan en el colegio. La obra representa el paso del tiempo: día – noche, nacimiento – creación. Hace referencia a los cuatro elementos esenciales: agua, tierra, aire y fuego.​