La obra escultórica está conformada por 14 fragmentos de rieles reciclados, que se alzan progresivamente naciendo de una base hecha con durmientes y suelo de conchuela. La figura en su totalidad es de gran movimiento, aludiendo a la figura histórica del tren, de la espera y el paso del tiempo, así como a la importante historia férrea de la región. Se crea un fuerte compromiso con el edificio declarado monumento histórico, con el entorno urbano, con la cultura regional y con uno de los objetivos principales del programa; el de acercar el Arte a la gente. Esto se traduce en una propuesta armónica con su entorno, creando un espacio escultórico, con la presencia del mar, la costanera y la estación, que acoge a los habitantes de esa región. ​