La obra de Pablo Langlois se compone de cuatro volúmenes, construidos en planchas de acero de 8mm. De espesor, pintados de distintos colores. La propuesta presenta ángulos, curvas y ventanas, permitiendo la interacción del usuario. Las formas simples se ven potenciadas por algunos objetos lúdicos, como son una escalerilla en el volumen azul o el asiento en desnivel de la pieza verde. La integración con el edificio es coherente y armónica. La altura de las piezas también van en concordancia con la del inmueble y del sombreadero que se ubica a un lado de la obra.​