La obra se compone de 50 remos tallados en madera de ciprés de la Guaitecas, anclados a una viga curva en forma de cinta infinita, suspendida por tensores de acero a las vigas del patio cubierto de la escuela. Este elemento escultórico – el remo – se encuentra emplazado repetitivamente en forma de espiral, apropiándose con maestría del espacio aéreo intervenido, influyendo también en el piso, por la proyección de las sombras que producen estas costillas que tamizan la luz cenital. El remo es un objeto cotidiano y común de la cultura chilota, en esta obra se exalta su significado, representado el trabajo del os hombres del mar y el valor de lo manufacturado.​