La obra realizada por el artista Gustavo Poblete se define como un “elemento constructivo levitante”. Este funciona como un marco dislocado al rígido sistema arquitectónico, principalmente planteado por las cerchas repitentes de la techumbre del hall de espera del edificio. Este contrapunto también funciona en el ámbito del material, debido a que la obra se compone de planchas de acrílico translúcido, de un intenso color ámbar. Estas caen libremente cruzando todo el espacio, contraponiendo su ritmo libre rígido orden de las cerchas. El color de las planchas dota vitalidad al lugar y a través de la luz que proyectan se otorga calidez al espacio.   Otro componente de la obra es un marco de aluminio blanco que levita en el medio del techo. Este funciona como soporte de 5 planchas de acrílico, convirtiéndose en el punto focal de atención.​